Feria del Libro 2025 realiza coloquio sobre la escritura en la distancia con escritores internacionales

Domingo, 28 Septiembre 2025

Santo Domingo.- Durante la segunda jornada de la Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2025 se desarrolló el coloquio “Escribir en la distancia”, hecho definido como un arte literario que constituye un poderoso espacio para escapar.

El encuentro, moderado por el escritor y diplomático Marino Berigüete, contó con las intervenciones del escritor español José Manuel Fajardo, el narrador cubano Ronaldo Menéndez y el escritor e historiador peruano-español Fernando Iwasaki.

José Manuel Fajardo resaltó que la escritura literaria se fundamenta en la distancia, la cual se refleja en la memoria, a la que definió como “un palacio para rememorar el tiempo”, recurso usado constantemente por escritores, poetas y novelistas. En sus palabras, “la escritura en la distancia atraviesa las capas del tiempo”, permitiendo un aislamiento que abre la posibilidad del regreso.

Por su parte, Ronaldo Menéndez consideró que escribir a la distancia supone un cambio de perspectiva positivo, que no implica un retiro físico, sino un desplazamiento mental que inspira a aventurarse en lo desconocido. “No es exilio, sino estar fuera de algo, ausente de la realidad del momento”, puntualizó.

En tanto, Fernando Iwasaki afirmó que la inspiración más genuina de la escritura suele surgir en la distancia, pues esta estimula y, en muchos casos, profundiza la narrativa. Señaló además que “las lenguas también son distancias cuando el escritor cambia su idioma por otro diferente al de su origen”.

Para Iwasaki, cuando el narrador abandona su lugar de origen, lleva en el alma su esencia y la proyecta en la distancia, en un gesto que hace extrañar lo que se está acostumbrado.

El moderador, Marino Berigüete, destacó que, sin importar lo lejos que se esté, siempre permanecen los personajes que acompañaron al escritor en otro tiempo, y son esas memorias las que alimentan la creación literaria.

El coloquio sirvió de escenario para un enriquecedor intercambio de vivencias, saberes y conceptos entre los participantes, donde también afloraron discrepancias. Ronaldo Menéndez sostuvo que “la distancia, por lo regular, es lingüística y se visualiza en algo que quedó atrás”.

A su juicio, escribir en la distancia equivale a colonizar un espacio cultural mediante un código idiomático que en muchas ocasiones puede contaminar al lector.

Berigüete, en cambio, planteó que la lectura es el encuentro de dos soledades, donde la distancia, en muchos casos, resulta ilimitada. Para Menéndez, sin embargo, el lector es capaz de interpretar los silencios porque establece una identidad con el escritor. Fajardo, por su parte, concluyó recordando que el escritor funge como representante de todos los lectores que consumen su obra literaria.